Ellas también ganaron el Mundial…

Australia – Nueva Zelanda 2023 nos regaló un sinfín de historias inéditas. 32 selecciones hicieron historia y dieron un mensaje poderoso en esta justa mundialista.

Y aunque solo una levantó la copa, en el futbol femenino, al ser un espacio de lucha constante, siempre hay algo que ganar.

En esta edición, Dinamarca, Japón y Colombia jugaron dentro y fuera de la cancha, no ganaron el mundial pero marcaron un golazo a favor de la igualdad.

Dinamarca regresó al Mundial después de 16 años con acuerdo salarial

La selección danesa disputó su quinta Copa Mundial, pero al ausentarse durante tres ediciones, fue veintitrés veces debutante, todas sus jugadoras vivieron por primera vez el sueño mundialista, entre ellas Pernille Harder, referente del futbol internacional.

Dinamarca no calificó a Alemania 2011 ni a Canadá 2015 y no asistió a Francia 2019 al ser castigada por exigir sus derechos.

En 2017, al no recibir respuesta a su petición de salarios y derechos igualitarios a la selección varonil, decidieron no presentarse al partido contra Suecia del clasificatorio a Francia 2019.

La UEFA aplicó sanciones y no soluciones en favor de las futbolistas, particularmente, la imposibilidad de disputar torneos durante cuatro años. 

Las danesas tuvieron el respaldo de sus colegas varones, que cedieron un porcentaje para disminuir la brecha salarial y  ambas selecciones se pronunciaron por la igualdad de sus derechos.

Dinamarca llegó a este Mundial con un importante avance en sus derechos y con una plantilla que juega en la élite del futbol femenino: 19 de las 23 seleccionadas compiten en 7 de las 10 mejores ligas del mundo, de acuerdo con el ranking determinado por la IFFHS en 2022.

El crecimiento de Japón desde  selecciones menores

Las Nadeshiko han crecido futbolísticamente en cada una de las nueve ediciones disputadas, fueron campeonas en Alemania 2011 y aunque pareciera que sus resultados han ido a la baja, demostraron tener un gran nivel.

Japón ha desarrollado un estilo de juego basado en trabajar las capacidades físicas que puede superar respecto a las selecciones campeonas, y el resultado se vió al medirse a escuadras como España

El trabajo realizado en selecciones menores también fue notorio, pues 12 de las 23 jugadoras que asistieron a este mundial, ya habían logrado un campeonato o subcampeonato del mundo en al menos una edición en categorías Sub-20 o Sub-17, entre ellas, Hinata Miyazawa, la Bota de Oro de Australia – Nueva Zelanda 2023.

A pesar del trabajo en el terreno de juego, Japón aún no consigue el equal pay, y según expone en una carta en su sitio web, Yuki Nagasato, quien renunció a la selección por falta de profesionalismo, la federación ha tenido faltas respecto a la cobertura, marketing e inversión en la selección femenina.

¿Qué harían las Chicas Superpoderosas con el respaldo de la federación?

La Tricolor hizo historia tras haber llegado por primera vez a cuartos de final. Cautivó al mundo con su estilo de juego, su garra y sus golazos, uno de ellos, el de Catalina Usme para conseguir el pase a la historia.

conse

Colombia le ha dado al mundo a la futura referente del futbol femenino, la nueva ídola de las niñas sudamericanas, quienes ya no verán a Marta, pero que tendrán frente a ellas a Linda Caicedo.

Las Chicas Superpoderosas han dejado claro el porqué de su apodo, como lo contó Melissa Ortiz, por su lucha y renuncia, hoy muchas lograron hacer historia en la cancha.

Reflexión: Siempre será importante ponerse los lentes de la perspectiva de género y no romantizar la idea de que aún sin apoyo llegan lejos, sino reconocer el trabajo y la lucha de las jugadoras, así como cuestionar las estructuras que impiden que las futbolistas se desempeñen de manera óptima en el terreno de juego.